JOYA DE CEREN

En reconocimiento de su importancia, en 1993 Joya de Cerén fue inscrito en el Listado de Patrimonio Mundial de UNESCO. Es el único sitio de Patrimonio Mundial en El Salvador.

 

El descubrimiento del sitio arqueológico Joya de Cerén.

Esta área originalmente formaba parte de la hacienda San Andrés, uno de los mayores latifundios del valle de Zapotitán en el poniente de El Salvador. A mediados del siglo XX, la porción conocida como Joya de Cerén fue vendida al gobierno para realizar uno de los primeros proyectos de reforma agraria en el país. “Cerén” es un apellido, mientras que “Joya” es una expresión derivada del castellano antiguo que aún se usa en El Salvador para referirse a valle pequeño de suelo fértil rodeado por terreno accidentado.

Existen diferentes versiones acerca del descubrimiento de este sitio arqueológico. Afortunadamente, un participante clave aún labora para el gobierno salvadoreño y proporcionó información de primera mano sobre este hallazgo en una entrevista realizada en 1989. La siguiente narración utiliza esta información y otras fuentes verificables.

En 1976, el gobierno inició la construcción de un centro para guardar granos (perteneciente al extinto Instituto Regulador de Abastecimientos, IRA). El terreno fue nivelado por tractor, descapotando varios metros de depósitos volcánicos a fin de situar las instalaciones sobre el suelo más firme que se hallaba debajo. Cuando se terminaba estos trabajos preparatorios, se expuso un sitio arqueológico que había sido completamente enterrado bajo 4 metros o más de estos depósitos volcánicos, sin dejar indicio de su existencia en la superficie. El supervisor de construcción notificó al Departamento de Arqueología de la Administración del Patrimonio Cultural (la entidad cultural del gobierno en esa época).

Manuel López (entonces del Departamento de Arqueología y actualmente del Ministerio de Relaciones Exteriores) fue enviado a inspeccionar el descubrimiento. López narra que el descapote ya se había terminado al momento de la notificación, y él observó numerosos fragmentos de cerámica removidos por la maquinaria, incluyendo varios ejemplares de Policromo Copador, un conocido diagnóstico del período Clásico Tardío (600-900 d.C.). Los trabajadores contaron de pequeñas estructuras de barro que había sido expuestas – y destruidas. Dichosamente, esto fue verificado por el hecho de que dos estructuras permanecían a la vista, habiendo sido seccionadas en un talud cortado en un lindero del terreno. Ambas estructuras tenían una plataforma basal, y una mostraba un pared de bahareque. Entonces, para López fue evidente que se trataba de un sitio Clásico Tardío con estructuras conservadas bajo ceniza volcánica. El registró el sitio como Joya de Cerén. Aunque la importancia potencial obviamente fue reconocido, en ese momento la destrucción ya estuvo, en los terrenos circundantes se hacían cultivos sin perspectivas de otros dañinos proyectos de construcción, y el Departamento de Arqueología se encontraba saturado con proyectos, operando con muy poco personal y recursos.

Dos años después, en 1978, el Arqueólogo Payson Sheets inició el Proyecto Protoclásico, cuya actividad principal consistía en el reconocimiento aleatorio estratificado del 15% del valle de Zapotitán. Los miembros del proyecto fueron informados sobre el descubrimiento de Joya de Cerén por un arqueólogo que trabajaba para el Departamento de Arqueología (Richard Crane). Sheets agregó la investigación de Joya de Cerén a las actividades del Proyecto Protoclásico y supervisó el principio de su excavación en marzo, 1978, mientras que Christian Zier (miembro del proyecto) continuó la investigación entre abril y mayo. Las dos estructuras seccionadas por el talud de descapote fueron parcialmente excavadas y los resultados establecieron la gran importancia de Joya de Cerén: tal como en Pompeya, la erupción volcánica “congeló” un momento de tiempo en la vida de esta antigua aldea maya. Se determinó que la Estructura 1 (con paredes de bahareque) era una casa y en ella fueron encontrados herramientas y aún juguetes. La Estructura 2 (después redesignada como la Estructura 5) resultó ser una plataforma de trabajo abierta (sin paredes). Ambas estructuras tenían techos de zacate que fueron carbonizados durante la erupción, colapsando en una capa quemada. Se ocuparon muestras del zacate para análisis de radiocarbono, y junto con los resultados de excavaciones posteriores (evaluados por el Arqueólogo Brian McKee), se indica un fechamiento cercano a la erupción de entre 610 y 670 d.C. (calibrado, 2 sigma). Los cultivos, marcados por surcos y camellones, casi tocaban las estructuras y sobre ellos la ceniza volcánica conservaba huellas de plantas de maíz.

Vista de las primeras excavaciones en Joya de Cerén (1978), efectuadas por Payson Sheets y Christian Zier. Fueron estudiadas dos estructuras que quedaron cortadas por tractor en el límite del terreno. A la izquierda, la Estructura 1, una casa (detrás de la persona en la puerta hay un agujero grande producido por la erupción).

 

 

En 1979-1980, Sheets hizo prospección remota de parte de Joya de Cerén, empleando radar penetrante de suelos (georadar) y resistividad de suelo para localizar anomalías que podrían representar estructuras profundamente enterradas. En éste y otros estudios subsecuentes, el georadar resultó ser particularmente efectiva en detectar posibles estructuras, así como los surcos y camellones de cultivos y para trazar la topografía pre-eruptiva del sitio.

Las excavaciones fueron reanudadas en 1989 y continuaron hasta 1996. Sheets y su equipo han excavado un total de 11 estructuras, y 6 más han sido localizadas pero no excavadas. La prospección remota sugiere la existencia de varias docenas más.

En 1996, las autoridades culturales (específicamente, la Dirección Nacional de Patirmonio Cultural, CONCULTURA) impuso una moratoria sobre nuevas excavaciones en Joya de Cerén. En las estructuras excavadas hasta entonces, se notaban progresivos deterioros y se razonaba que no se deba exponer otras antes de contar un procedimiento para asegurar su conservación. Sin embargo, se ha demostrado que el reentierro es muy efectivo para conservar las estructuras en este sitio. Cuando FUNDAR asumió la co-administración de Joya de Cerén en 2005, se levantó la moratoria y, en una reunión junto con el jefe del Departamento de Arqueología, le invitamos a Sheets que continuara excavaciones en el sitio con el ofrecimiento de financiar trabajadores y de proporcionar herramientas y otros materiales.

Aún no se han determinado los límites de Joya de Cerén. Se ha planteado que el sitio podría tener una extensión de aproximadamente 5 hectáreas o más; si esto es así, solo se han excavado el 2% o menos del área total del sitio. No cabe duda que las investigaciones futuras aportarán muchas sorpresas en el 98% del sitio hasta ahora desconocido.

 

Una bodega con las paredes caídas como casa de naipes (Estructura 7) y, al fondo, un temascal o baño sauna (Estructura 9). Por razones desconocidas, esta área de Joya de Cerén estaba "restringida" (accesible únicamente para visitas "VIP). FUNDAR lo abrió a la vista pública en diciembre de 2005.

 

La creación del Parque Arqueológico Joya de Cerén

En 1989, con el descubrimiento espectacular de tres estructuras por Sheets y su equipo, el Lic. Ricardo Recinos se involucró con inagotable entusiasmo, con donativos para apoyar la investigación, desde cubetas hasta toldos para proteger las estructuras que estaban siendo excavadas en la temporada de lluvias. El proyecto de Sheets había propuesto concluir la temporada con la construcción de techos para proteger dos estructuras y el habilitamiento de un museo de sitio. Sin embargo, acercándose al último día, Sheets hizo saber que iba a reenterrar las estructuras. No iban a haber ni techos ni museo. Es justo reconocer que el reentierro era la mejor opción en caso de no techar las estructuras.

Recinos actuó apresuradamente. Estando en la junta directiva del Patronato Pro-Patrimonio Cultural (una ONG ahora difunta), Recinos logró convencer a los otros directores a “adoptar” a Joya de Cerén, y con el cierre de la temporada de 1989, el Patronato instaló los primeros techos sobre las tres estructuras prehispánicas expuestas. Desde ese momento, el Patronato trabajó con el Gobierno en adquirir terrenos, instalar techos permanentes, habilitar un museo de sitio y apoyar más investigaciones lideradas por Sheets. Los trabajos del Patronato culminaron en culminando en 1993 con la inauguración del Parque Arqueológico Joya de Cerén.

El año de su inauguración correspondía con el nombramiento de Joya de Cerén como Patrimonio Mundial, lo cual fue logrado por gestiones de CONCULTURA.

El Patronato co-administró Joya de Cerén hasta 2004.

Bajo el programa de PTR del Gobierno, FUNDAR inició actividades de co-administración a mediados de año 2005. En ese momento, los oficiales de CONCULTURA describieron el estado de Joya de Cerén como de "franca negligencia". Ese estado, y los cambios efectuados por FUNDAR hasta diciembre, 2009, se documentan bajo la sección Mejoras Al Parque.


La Estructura 1 está en mal estado de conservación. En 1976, la mayor parte de su corredor fue destruido por el tractor. Después de su excavación parcial en 1978, un techo modesto de lámina proporcionó alguna protección contra la lluvia, pero ya para 1986, el talud de excavación había colapsado, quebrando las dos columnas del corredor y la pared de bahareque detrás de ellas. Las otras tres paredes fueron descubiertas durante las excavaciones de envergadura que se iniciaron en 1989. Las paredes se habían separado de las columnas y caído al suelo en gráfico testimonio de la violencia de la erupción, pero lamentablemente fueron destruidas por los excavadores a fin de revisar las áreas que cubrían. Se dieron daños adicionales cuando se hizo un experimento mal aconsejado en esta estructura. Se apiló arena caliente contra la plataforma basal con el objetivo de secarla rápidamente; esto provocó desprendimientos generales en su superficie, resultando en su actual apariencia "golpeada".

Estructura 2, con su corredor a la izquierda, y su banca con nicho visible a la derecha.

Se trata de otra casa, muy similar a la Estructura 1. Su banqueta o cama tiene un nicho, dentro del cual se encontraron cuencos con restos de comida “raspados” por los dedos del comensal.

La Estructura 3.

Izquierda: Este lado de la estructura fue casi destruido por una pala mecánica utilizada por Payson Sheets durante sus excavaciones en 1989. Puede notarse la pared dañada.

La Estructura estaba casi vacía. Se encontró una olla grande sobre una de las banquetas y un cuenco guardado sobre un muro. Las aristas de las esquinas de los muros y la base daban a la estructura la apariencia de ser una construcción nueva. Sus muros exteriores quedaron marcados en bandas por las capas de depósitos volcánicos.

Los excavadores de la Estructura 3 sugieren que funcionaba como una “casa comunal”. Nosotros sugerimos otra posibilidad. La Estructura 3 plenamente (si bien modestamente) se acopla a los cánones de arquitectura residencial élite presente en sitios mayas contemporáneos, tales como Copán, tanto en su planta general como en detalles como nichos, colgadores y banquetas grandes. De hecho, en este sentido la única característica excepcional de la Estructura 3 es que fue construida de tierra, en vez de piedra, tierra y cal. De modo que existe la posibilidad que las Estructuras 3 y 13 hayan constituido un conjunto residencial de élite.